CIUDAD DE MÉXICO. El senador panista de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez, se desapareció en horas críticas y puso contra las cuerdas a la Oposición, de cara a la discusión de la reforma al Poder Judicial.
El legislador dejó anoche plantada a la bancada panista y su voto es decisivo. Si se ausenta, o vota con Morena, la reforma será aprobado con la mayoría de los 85 senadores de la 4T.
Miguel Ángel fue alcalde de Boca del Río (2008-2010 y 2014-2017); su hermano menor Fernando fue alcalde del Puerto de Veracruz (2018-2021), actual diputado local electo, y ahora, la panista Patricia Lobeira -esposa de Miguel Ángel-, es la alcaldesa en el Puerto.
Miguel y Fernando son hijos de Miguel Ángel Yunes Linares, ex director del ISSSTE en el sexenio de Calderón y ex Gobernador de Veracruz (2016-2018).
AMLO ha acusado a la familia Yunes de corrupción y enriquecimiento ilícito. «(Los Yunes) es un grupo que se sentían los dueños de Veracruz, hay investigaciones en la Fiscalía», dijo el Presidente en junio pasado.
Miguel Ángel Yunes Márquez, dejó de tener comunicación con la jefa del grupo, Guadalupe Murguía, desde el domingo, cuando en comisiones Morena se empujaba la aprobación de la minuta que llegó de San Lázaro.
La ausencia de Yunes Márquez en la sesión de hoy, o su eventual voto a favor de la reforma al Poder Judicial, permitiría a Morena y sus aliados alcanzar la mayoría calificada que requieren para el cambio constitucional.
Fue necesario que Murguía, acompañada por el grueso de la bancada, saliera a exigir a su correligionario que ratificara su intención de votar en contra.
«La semana pasada, todas y todos los senadores de Acción Nacional, uno a uno de viva voz, manifestamos nuestro compromiso de asistir a la sesión y votar en contra de la reforma al poder judicial. Entre ellos el senador Miguel Ángel Yunes, quien hasta este momento no ha expresado una postura diferente.
«Como coordinadora hago un respetuoso y firme llamado, a que confirme su postura en torno a la reforma judicial», clamó la coordinadora albiazul en el Senado.
La bancada mayoritaria pretende dar madruguete y, tras la reglamentaria primera lectura al dictamen aprobado el domingo, convocar a una segunda sesión la tarde de hoy para abrir la sesión y votar la reforma a la medianoche o en las primeras horas del miércoles.
El primer escenario que había concebido es empujar la reforma con 85 votos, uno menos del que reglamentariamente ha prevalecido por años para alcanzar la mayoría calificada que se requiere, con el número mágico de 86 escaños si es que en la sesión se presentan los 128 senadores.
«México no se merece la incertidumbre que se está viviendo por las malas decisiones de la cúpula nacional del PAN», lamentó anoche la panista Adriana Dávila.
Mayolo López
Agencia Reforma