La cultura de la transparencia y el aporte de Zacatecas
En esa coyuntura de transición y cambios nacionales, a la luz de la historia, resulta importante recordar que hace más de 300 años Zacatecas aportó a la tradición jurídica de México e Hispanoamérica, las bases incipientes de la cultura de la transparencia y del derecho de acceso ciudadano a la información pública.
La cultura de la transparencia se basa (sobre todo en los Estados democráticos), en los principios ético y jurídico que deben procurar todo gobierno, como una responsabilidad ineludible, para dar a conocer a la ciudadanía sus acciones en beneficio del pueblo. Y ésto solo se logra a través de los medios masivos de comunicación social.
Pues bien, fue un excepcional zacatecano quien hace más de tres siglos sentó los pilares de lo que hoy conocemos como cultura de la transparencia y el derecho a la información ciudadana, al crear el medio que hizo posible el cumplimiento de la responsabilidad de promover la mayor publicidad a los actos de gobierno.
Efectivamente, hace 302 años, para ser más más precisos, el primero de enero de 1722, el extraordinario zacatecano Juan Ignacio María de Castorena (1668-1733) fundó el primer periódico impreso de México e Hispanoamérica, único en su tipo, organizado en secciones, titulado La Gaceta México. Antes de esto solo se publicaban hojas volantes.
Esta enorme realización cultural al fundar La Gaceta México, por Juan Ignacio María de Castorena (por cierto, con dos doctorados en su currículum) revolucionó la vida de la Nueva España y de Hispanoamérica y de paso (sin proponérselo) sentó los cimientos de la actual cultura jurídica de la transparencia y del derecho a la información pública.
Tan solo por esa iniciativa, Juan Ignacio María de Castorena fue inmortalizado como un zacatecano universal. Pero acumula en su trayectoria enormes méritos adicionales.
Fue también rector de la Real y Pontificia Universidad de México, en 1703; editor y promotor de innumerables libros; fundador de la primera escuela para mujeres en Zacatecas y la región; excepcional impulsor de los derechos de la mujer, lo que lo llevó a defender con fuerza, en pleno siglo 17, la presencia pública de Sor Juan Inés de la Cruz, en los espacios de la cultura; y además se desempeñó como un destacado obispo, de gran influencia social y política.
Hoy es imprescindible abordar el aporte histórico de Zacatecas a la cultura de la transparencia y más aún, cuando se puso en el camino la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos personales (Inai), por iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La transparencia, desde su concepción jurídica, es la responsabilidad de todo gobierno (de los sujetos obligados) de hacer del conocimiento público la información derivada de sus actos.
La transparencia y el derecho a la información pública tiene al menos cinco funciones: 1) Evaluar la actuación de los gobernantes; 2) Fortalecer la rendición de cuenta; 3) Establecer mecanismos de control ciudadana del poder público; 4) Detección y corrección de errores gubernamentales; y 5) Fortalecer y legitimar la autoridad política. O bien lo contrario.
Con las reformas “lopezobradoristas”, la cultura de la transparencia en México está en la ruta del cambio de piel. ¿Será para bien? Ese es el dilema.
Filósofos de
la transparencia
A través de la historia universal, son tres los grandes pensadores que aportaron sus ideas para dar sustento a la cultura de la transparencia: Kant, Jeremy Bentham y John Stuart Mill.
Kant (1724-1804) postuló la importancia de la publicidad como mecanismo para evaluar todo acto de gobierno; Bentham (1748-1832) destacó el rol que juega la opinión pública para generar equilibrios en la función gubernamental; y John Stuart Mill (1806-1873) defendió el derecho a la libertad de imprenta y de pensamiento, como condición necesaria para resguardar la salud de la nación.
Reacomodo de élites
en el INAI
A la largo de su corta historia, en el funcionamiento del INAI destacó el trabajo de un grupo de hombres y mujeres de origen zacatecano.
Es evidente que, con el cambio de piel del INAI y su desaparición probable a inicios del próximo Congreso de la Unión, estas élites político/burocráticas experimentarán un reacomodo radical. Ojalá les vaya bien.