A qué le tiras cuando sueñas mexicano (1)
No existe nada más liberador, para la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que leer los diarios y las redes sociales y enterarse que, la circulación en el bule está bloqueada por los profes, nuevamente.
Ya no sé qué día es aquí, en la colonial ciudad declarada, por méritos propios, patrimonio político de las manifestaciones. Mientras los estimados támaros detienen la circulación por todos lados, haciendo un auténtico desmadre, leo en el cel que la OEA (“qué cosa tan fea, tan fea que causa risa”, como decía Carlos Puebla) pide a los países de nuestra América Latina, que no siga el modelo mexicano de elección de jueces.
¿La OEA? La neta que escuchar las mamarrachadas que salen de un organismo espurio y agachón a los dictados del imperialismo, dan risa.
Escucho los bocinazos y avanzo cinco metros para detenerme. ¿Que la elección de integrantes del Poder Judicial es un atentado a la democracia occidental y cristiana? ¿Que un miembro de las culturas originarias será presidente de la Corte? ¿Que Martha Higareda es la última pitonisa del país?
Chale, de risa tanta tontería en las redes. Que recuerde de mis lecciones de historia, en nuestra patria, los integrantes de la Corte en el siglo XIX (19) no eran hijos de Cortés ni primos de Maximiliano. Eran como mis atlantistas: prietitos (no güeritos como los quiere la derecha).
Siguen los bocinazos, una señora discute porque quiere pasar a huevo, aunque la luz está en rojo. Y entonces me enojo. ¿Por qué desgraciada razón la Federación Mexicana de Futbol (FMF), guarida de transas y corruptos, ha impedido por años el ascenso y descenso? Mi Atlante ya debe estar en la primera dando la batalla. Mis prietitos, mis mugrositos, están a la altura de cualquier equipo. Pero no, se sigue imponiendo el interés de los dueños por hacer más lana para echársela a los bolsillos.
Y me entero, tristemente, que el aguerrido Alejandro Bonavena Ramírez, defensa atlantista de los 70 y 80 del siglo pasado, pasó a mejor vida. ¡Qué madrazos tiraba a los delanteros contrarios! Él y Gisleno Medina eran una muralla más chingona que la China.
Y cuando pienso en el gran país de Mao, me acuerdo que no me ha llegado un pedido de Temu. Decido, entre bocinazo y bocinazo, cancelar el pedido. Avanzamos otros 10 metros y pongo música. Yo-Yo Ma me pone de buen humor, interpretando con maestría la Suite No. 1 in G major, BWV 1007: III Courante de J. S. Bach. Me alcanza un automovilista que trae a todo volumen corridos tumbados y rápidamente subo los cristales de la nave. No quiero contaminarme con esa apología de la estupidez.
Cierro los tomates un ratón y pienso en un rancho sin tanto desmadre. Digo, hay tantas avenidas y bulevares que una marcha o plantón no significan nada. Pero con el bule, el periférico o la García Salinas, que son las opciones que nos dan los tránsitos, está cabrón. ¿Y el Segundo Floor? ¿Un tren elevado? No, mejor un servicio de autobuses más eficiente y una reconstrucción de las vialidades. ¿Onde están las propuestas genios? Pero el góber ya dijo que el segundo piso va porque va. ¿Neta? La ciudad requiere una cirugía de urgencia. Propongo comenzar con el HOY NO CIRCULA.
Sigue el desmadre, pero ya avancé como 60 metros, ya veo casi la salida hacia mi querida Unidad Académica de Derecho y pienso: salgo de Guatemala para entrar a Guatepeor. Porque el trato que le dieron en la sesión de la, dizque, calificación de las elecciones, al maestro Félix Vázquez, no fue el correcto.
¿Dónde quedaron los principios de la cultura democrática? La neta me da tristeza lo que estamos formando: sujetos sin respeto ni tolerancia. Leo rápido, antes de acelerar, la esquela del fallecimiento de Saúl Ortega. Hasta siempre camarada, que tu espíritu resplandezca. Mejor ya me voy, cinco bocinazos me regresan a la realidad.