Agrada la Constitución zacatecana
La Constitución política del Estado Libre de Zacatecas fue impresa en los talleres de la viuda de Romero (sita Guadalajara, calle de san Francisco). El hecho fue entre febrero y marzo de 1825, muy posterior a la aprobación legislativa y promulgación ejecutiva en la ciudad de Zacatecas (enero 17).
La propietaria de la imprenta era Petra Manjarrés y Padilla —doña Petra “la Impresora”—, quien heredó el taller de su esposo, José Fructo Romero. Por la información recabada, hicieron 300 ejemplares en octavo menor (14 a 17 cm). No todos los ejemplares estuvieron encuadernados, reuniendo varios cuadernillos de 16 páginas. La portada y el contenido, igualmente tuvieron varias tipografías.
La distribución tuvo tres rumbos: la misma capital de Xalisco —en la década 1825-1835 fue común la X, no la J—; el grupo mayor de libros fue directo a la ciudad de Zacatecas; de allí enviaron ejemplares a la ciudad federal —nombre casi cotidiano para la capital del país—.
El sábado 26 de marzo, el diputado Santos Vélez presentó, a nombre del estado federado, un ejemplar de la Constitución política del Estado Libre de Zacatecas ante el pleno de la Cámara de Diputados. Vélez habló con enjundia. ¡Era el tercer texto federalista en el país, luego de Xalisco y Oaxaca!
La recepción del libro constitucional, en la Cámara de la representación popular, fue con “agrado” —quizás hubo aplausos y gritas de las dos docenas de diputados presentes, entre ellos de José María Bracho y Crispín Velarde, los otros representantes zacatecanos—.
El discurso pudo ser publicado en El Sol —era el periódico más influyente para generar opinión pública en las comunidades lectoras del país—, pero el texto lo extraviaron los mandaderos. Para saber qué se dijo, le propongo recuperar lo dicho por los diputados zacatecanos en el discurso propagandístico de los diputados zacatecanos constituyentes, en marzo 8 de 1825. Luego de la presentación, el libro fue enviado a la Comisión de puntos constitucionales.
Un dato curioso: el acta de la sesión no consignó el nombre del diputado Santos Vélez como el presentador. El escribano anónimo apuntó: “Recibió la Cámara la Constitución política de Zacatecas y oyó con agradó la exposición que a su nombre hizo uno de sus diputados, remitiéndose enseguida a la Comisión de puntos constitucionales”.
Consigno la entrada del discurso propagandístico de los diputados zacatecanos —el texto fue impreso en un doble folio, impreso en cada cara. La imprenta del “Supremo Gobierno” estaba en el convento de Santo Domingo (sita actual museo Pedro Coronel)—: “Zacatecanos: ¿Y habéis tenido virtudes para remover este cúmulo inmenso de obstáculos tan formidables? hallasteis los colores necesarios, para ver en este cuadro, que representa la Constitución del Estado, la imagen de vuestra independencia y libertad. El pincel no es el de un Apeles, es de vuestros representantes; de hombres que jamás lo habían manejado en pinturas, cuyo emblema debe acomodarse al exquisito y delicado gusto de los que saben pensar, como al tosco y estragado de los que piensan sin saber.
Si vuestros derechos no están dibujados con toda la perfección del arte, si notáis falta de destreza en su combinación, tramos desocupados, y figuras, que os desagraden, advertiréis, también, que ha sido obra de pocos meses, que la mano que la ha trazado, no ha tenido maestro que la dirija, que se ha gastado mucho tiempo en aderezar el lienzo, que la oposición de muchos ambiciosos y mal contentos había hecho áspero y rugoso…”
Para conseguir otras referencias del bicentenario
Elías Amador, Bosquejo histórico de Zacatecas, Tip. Pedrosa, 1982. Ma. del Socorro Correa Mercado y Leticia Ramos Castanedo, Impresos en 1824, Fundación Roberto Ramos Dávila, 2003. Gabriela Álvarez Máynez, El primer taller de imprenta en Zacatecas, Texere editores, 2024.
http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080120377_C/1080008405_T3/1080008405_15.pdf