Valse Capricieuse
No existe nada más liberador para la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que, en el ranchote, la señora de la marea rosa(da) del sin esquinas perdió la elección presidencial de una manera abrumadora.
La gelatina no cuajó y los dirigentes de los partidos que la postularon se alegraron por ello, total lo que querían era acomodarse en el Senado, (pues ya se habían acomodado en el primer lugar de la lista), con los votos que les arrimó la señora Machinza, los que fueron suficientes para alcanzar la beca de seis años que le tocará a Marko, Alito y demás chusma. Lo bueno de todo, es que al Chucho le tocó pura de árabe y hasta el registro anda perdiendo su empresa.
En fin, la elección transcurrió en un mar de hueva sin grandes cosas que señalar, excepto las terribles noticias de violencia que le costó la vida a diferentes candidatos.
Mientras, el artífice de tanto desmadre se asolea el chaparro cuerpo en España (sí, me refiero a Calderón) y se quedará sin pensión, hecho que le provocó un desmayo a Chente Fox al ver los resultados preliminares y escuchar de boca de Guadalupe Taddei los conteos rápidos.
La verdad es que Fox ya chochea muy gacho y sus aventuras en las redes le costaron regaños por parte de la Sóchil. Y todo por una méndiga pensión que no se merece.
Pero la elección dejó grandes enseñanzas: la oposición de derecha está más perdida que niño en el Mercado de la Merced. Sin discurso, sin organización, sin ideas, aferrada a un pragmatismo del siglo 18, no tiene futuro.
La izquierda, por su parte, nada más no termina por aparecer en el espectro político. Su lugar fue ocupado por una mezcolanza de derecha-izquierda light, donde el discurso político no existe, pues no se pueden dar el lujo de ofender a la derecha guadalupana, so pena de que el obispo les vaya a llamar la atención.
Nuestra izquierda light es muy rara, es bipolar, pero les encanta que les llamen de izquierda (todavía no sé la razón de ello, pero debe ser algún tipo de trauma viendo alguna película de Andrzej Wajda, escuchando alguna canción de Alfredo Zitarrosa o viendo la enigmática foto de Korda del Che Guevara).
Asimismo, es importante recalcar que la participación ciudadana estuvo en muy buenos niveles, veo el PREP de la Ciudad de México y me informó de un 70 por ciento de participación.
El INE señala una participación del 61 por ciento y en el rancho del 59.7 por ciento, o sea, podemos hablar de una buena participación ciudadana. No lo que muchos quisiéramos, pero sí, la ciudadanía acudió al llamado de Derbez y Krauze, destacados intelectuales mexicanos, que destinaron varios miles de dólares para incentivar a la juventud mexicana a emitir su voto.
Toda una fiesta, escuchar al genial comediante (recontrasic) cuyo voto de peluche no significó maldita la cosa, pero bueno, ahí anduvo de metiche.
La elección podrá ser recordada por muchas cosas, pero considero esencial denominarla “La elección de las mujeres”, porque aun cuando muchos insulten y descalifiquen a Claudia Sheinbaum Pardo, ella significa el ascenso de la mujer a esferas antes prohibidas.
Sheinbaum no solo rompió el techo de cristal, le rompió todo el padre a una tradición paternalista, machista de siglos. Bien por ella y por las mujeres mexicanas. Eso debe quedar en nuestra memoria como una prueba de que México se encamina a cosas grandes.
Ahora bien, si le va bien o mal, si continúa con la propuesta del presidente AMLO, ése ya es otro cantar. Estoy más que convencido que debemos de apoyar con firmeza a nuestra próxima presidenta, es cuestión que nos indique por dónde le damos.
Claudia Sheinbaum, presidenta, vamos a seguir construyendo el país de nuestros hijos y nietos. No nos rajamos. ¡La Patria es Primero!