MADRID. Samuel Navalón firmó lo más destacado de la primera novillada de la Feria de San Isidro 2024, celebrada este martes en Las Ventas.
Dio una vuelta al ruedo en el primero de su lote, tras una ensordecedora petición de oreja que a final de cuentas el presidente del festejo no concedió.
Nek Romero saludó ovación ante el quinto y Diego Bastos no encontró opciones con el lote menos potable. Se lidiaron novillos de Montealto, de juego muy variado, destacando el sexto del festejo.
La tarde de Samuel Navalón fue una muestra de arrojo y compromiso. Si con su primero ya había levantado la mano, con el segundo no se dejó nada en la espuerta: desde un recibo a portagayola hasta la disposición al meterse entre los pitones y jugárselo todo. Una pena que la espada no fuera su coronación a esta faena.
BASTOS, EL LOTE QUE MENOS OPCIONES DIO
Abrió plaza Diego Bastos con el novillo Tabernero, de 505 kilos, de la ganadería de Montealto. Nek Romero entró a ejecutar un quite que fue replicado por Bastos, quien se adornó por gaoneras.
Estos momentos sin duda crean emoción ante la sana rivalidad que debe prevalecer entre los novilleros.
El brindis a la afición para comenzar a verse con un ejemplar que se quedó muy corto, con ese peligro latente debido a que se revolvía, metiéndose con esa brusquedad.
Bastos intentó resolverlo, buscó de largo por el derecho, pero los muletazos no fueron limpios ante esa condición del de Montealto.
Vale la pena reconocer el esfuerzo de Bastos, que se estrelló con este ejemplar que, además, tuvo la fuerza justa. Pasaportó al segundo viaje y se retiró entre palmas
ROMERO, LA OVACIÓN EN EL QUINTO
El segundo, Churrero, de 498 kilos, permitió un buen saludo capotero de Nek Romero, elegante en lances a la verónica con la pierna flexionada.
El novillo y una poca pelea en caballos avizoró lo que vendría, y es que en este momento nada resultaba fácil: el viento que cobraba fuerza y unas nubes amenazantes de lluvia.
Romero iba a contracorriente, pero hizo lo correcto: un comienzo por bajo y dos series limpias por derecho, en las que buscó el ritmo de un novillo que tuvo transmisión.
Correcto en el toque, extrajo lo que pudo con series de mando por derecho, pero fue imposible ya a este punto tener la muleta planchada ante el fuerte viento.
En los finales perdió la brújula, enganchones, y siendo además desarmado. Palmas tras aviso al fallar con el acero.
Farolero, el quinto de la tarde, segundo del lote de Nek Romero, que tuvo un temerario inicio de faena, cambiado por la espalda en una muy corta distancia y después el encuentro con un potable toro que por el derecho tuvo recorrido.
En la segunda serie, temple y calidad en trazos largos, probando también por el izquierdo, donde las embestidas fueron más cortas y descompuestas. Fuertes ráfagas de viento en la recta final de su labor, pero él se impuso con valor.
LA TARDE QUE ESCRIBIÓ NAVALÓN
Samuel Navalón y un virtuoso saludo capotero a Presumido, el tercero de la tarde. Buenos lances a la verónica y chicuelinas ajustadas en el quite.
Brindó a la afición madrileña y emprendió un prometedor inicio de faena, de rodillas, con mucho pundonor, porque a final de cuentas ésa es la actitud con la que los novilleros deben llegar.
No apuntó fuerza el de Montealto, pero sí que tuvo transmisión. Muletazos muy largos, cuajando una serie portentosa por derecho, asentado, mostrando sus buenas maneras; también lo llevó por el izquierdo, donde encontró colaboración, pero el novillo perdió las manos.
Regresó, y de qué forma, por el pitón derecho, con valor y verdad, en firma de las dos mejores series que ahora sí calaron en los tendidos.
Defectuosa la colocación de la espada. Petición mayoritaria, no concedida, dando vuelta al ruedo, escuchando antes un aviso.
Con Veraniego, Samuel Navalon se fue a recibir a portagayola, bajo esa misma convicción comenzó su faena de muleta ante un toro que tuvo menos condición, pero no cesó en su esfuerzo el novillero, que en todo momento tuvo el valor y pundonor la muleta perpendicular porque el viento la flameaba.
A pesar de ello, las bernardinas tuvieron toda esa entrega que merece Madrid.
Muy cerca estuvo de que el toro se fuera vivo, pues sonaron los dos avisos. Aun así el cobijo de la gente fue importante, pues reconocieron su entrega.