El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza cerró este domingo un capítulo escrito en letras doradas: su temporada mexicana, avasalladora, repleta de triunfos, de miles de kilómetros, de visitar los pueblos donde la grandeza también se vive y se siente.
Hermoso de Mendoza eligió para el colofón de esta gran temporada del adiós un sitio privilegiado, Cedral, que este domingo se convirtió en el epicentro taurino del mundo.
El Altiplano Potosino latió con fuerza para dejar constancia de un lugar donde se vive y se respira por el toro.
Dos orejas bastaron para un apoteósica salida a hombros en la que Pablo Hermoso de Mendoza se retiró con el listón en lo más alto.
Una historia que contar
Once años son los que lleva operando la empresa Cantauro en Cedral, San Luis Potosí, con el enorme y gran esfuerzo del empresario Manuel Azcona, que la convirtió poco a poco en una plaza de gran relevancia e interés.
En todos estos años el nivel fue creciendo, y aunque siempre se distinguió por acartelar toreros mexicanos, Manuel supo confiar en su instinto y decidió traer a esta plaza al máximo exponente del rejoneo.
Sin embargo, Manuel fue más sagaz, y no quería cualquier fecha de una maratónica temporada; buscó, en cambio, tener la última fecha, la más especial, en la que se escribiera ese punto final. Los meses previos fueron intensos, de un esfuerzo titánico, de publicidad única y diferente en todo el país, y valió la pena cada día de trabajo.
El sol brilló
Las primeras horas de este domingo transcurrieron entre un ambiente festivo; aficionados de diversas partes del país se trasladaron para cubrir este gran acontecimiento.
Una derrama económica importante, se atrajo el turismo y el objetivo de todos era el mismo: ser parte de la historia.
El clima fue esplendoroso, un cielo azul imponente, que al horizonte dejaba ver los cerros que forman parte del Altiplano Potosino.
Los restaurantes se llenaron y en punto de las 15:30 horas la afición comenzó a entrar a la antigua plaza de toros Frascuelo, patrimonio de esta tierra.
Muy pronto los tendidos se abarrotaron y no tardó en colgarse el cartel de “No hay boletos”. El éxito en taquilla estaba garantizado.
Merecido homenaje
La hora previa al festejo taurino, Pablo Hermoso de Mendoza fue reconocido con una placa que ya inmortaliza su nombre en la plaza de toros Frascuelo.
La develación la hizo Manuel Azcona junto a los matadores Diego Sánchez y Miguel Aguilar, además del reconocido periodista Heriberto Murrieta y el alcalde de Cedral, Howard Aguilar.
Posterior al paseíllo, el maestro Pablo fue el motivo de otro reconocimiento a nombre de todo el municipio, ante el júbilo de la afición.
La grandeza del adiós
Juan Colorado, de 515 kilos, de San Isidro, primer toro del lote de Pablo Hermoso de Mendoza, al que saludó montando a Jibaro. Se rodó con mando y torería, teniendo la fijeza y transmisión del serio toro.
El segundo tercio lo abrió con Navegante, una de las estrellas de su cuadra: el cite largo, dando el pecho y con las batidas a pitón contrario llenas de espectacularidad. Es así como emocionó el navarro al público.
Ilusión le acompañó en momentos importantes; hizo gala de su maestría y gran conocimiento, pues el toro fue a menos. Cortó una valiosa oreja.
Con Hasta Siempre, de 535 kilos, Pablo Hermoso de Mendoza comenzó a escribir las últimas notas llenas de nostalgia, de grandeza y de verdad.
Aquí no cupo otra cosa que la perfección, la maestría, el corazón que late a un ritmo y un alma desbordada.
Poco a poco todo fue pasando como una película de las que sabes que no olvidarás. Hoy comenzó y terminó a la vez un idilio entre Pablo y Cedral; fueron uno mismo, a un tiempo, a compás.
El espíritu inquebrantable de Pablo Hermoso de Mendoza terminó en el más alto de los niveles, entre un ambiente de fiesta y nostalgia.
Cedral se rindió con México sobre la piel. Una oreja que supo a gloria en estado puro.
La tarde también fue para Diego y Miguel
Diego Sánchez cortó dos orejas y realizó faenas importantes a los toros de San Isidro. Lo mejor sin duda fue lo que hizo con Legendario, de 490 kilos, el segundo de la tarde, que a la verónica toreó con cadencia y ritmo en el saludo capotero.
La faena estuvo plagada de calidad y temple, con series derechistas; tuvo un nivel alto que logró mantener Sánchez, trazo muy largo y dando profundidad, aprovechando la calidad y emotividad del toro de San Isidro.
Cuajó series por ambos pitones, en una actuación que logró calar con fuerza al tendido.
Miguel Aguilar y sus buenas notas, la finura del buen toreo y el corte clásico, en una clara carta juvenil que funciona y gusta.
Dos orejas llegaron para el hidrocálido. Toreó por ambos pitones a Sin igual, de 520 kilos, del hierro de San Isidro, el cual por su buen juego fue aplaudido en el arrastre.
Celebremos la vida
La gran jornada concluyó con un espectacular juego de pirotecnia que disfrutaron los actuantes y el público fiel y cautivo.
Se entonaron las notas de “El Rey”, y todos al unísono cantaron, para después ser testigos de la salida a hombros de Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Sánchez y Miguel Aguilar, junto a Manuel Azcona, quien hoy ya hizo histo
Fotos MANOLO BRIONES