Fresnillo.- Una de las pocas fincas antiguas más emblemáticas que aún persisten en El Mineral, de la cual se dice esconde grandes misterios y algunas ánimas habitan en su interior, es la casona de la familia Gallegos Campos, ubicada sobre la calle de La Luz, en la zona centro.
En 1932 la casona fue un hotel y mesón económico, lugar a donde llegaba cualquier persona que pasaba por Fresnillo y se dirigía a otras ciudades, estados o comunidades cercanas, funcionando así hasta 1945.
Una peculiaridad del lugar es que allí veneraban a la virgen de La Luz, por lo que en la actualidad aún hay quienes tienen la costumbre de asomarse al interior de la finca y persignarse con la imagen de la virgen.
Sin embargo, algunos dan testimonio de que al hacerlo han observado la figura de un sacerdote quien custodia la finca; otros comentan que cuando pasan por la casona al oscurecer, el padre está en la puerta y les desea buenas noches o hace algún comentario.
Hay personas quienes juran haber visto al padre y dicen que viste con un paliacate rojo colgado de su sotana, el cual recorre los rincones de la finca haciendo oración y rezando.
Pero el padre no es el único espíritu que custodia la casona, pues dicen que también hay un catrín que sale por las noches y se dedica a asustar a las personas; además de un encapuchado quien causa pavor en quienes lo han visto.
Vecinos de la calle platican que durante Semana Santa y en temporada de Día de Muertos han visto una procesión de ánimas encabezada por el sacerdote que baja por la calle Plateros, los cuales rezan y oran hasta llegar a la casona de la familia Gallegos Campos, visión que ha dejado en shock a varias personas.
Se ignora si el sacerdote es un alma buena o maligna, pero todas las personas comentan que es al que más le temen, por lo que si quiere conocer a este sacerdote, asómese a la casona de los Gallegos Campos y con suerte tal vez lo podrá conocer.