El gobernador, una conmemoración ignorada
El lunes, 30 de junio, se cumplieron 200 años de la toma de protesta del primer gobernador constitucional del estado libre de Zacatecas. Creí que, en el marco de las celebraciones de los bicentenarios, las dependencias gubernamentales del ramo harían algún coloquio, congreso, conferencia o lo que pudieran imaginar.
Aguardé, pese a que tengo la percepción que sigue siendo vacuo el programa conmemorativo, si es que existe. Me llamó la atención que dejaron pasar un factor crucial del proceso de construcción del Estado, viendo la importancia de la división de poderes y la evolución del Poder Ejecutivo. Lamentable, no hay dirección de rumbos y ni nexos entre el pasado-presente.
Por mi parte, comparto un par de notas sobre el hecho que aludo. El tránsito del primer imperio mexicano y con la proyección de la República federal, en Zacatecas fue establecido un Congreso constituyente (1823-1825) el cual se encargó de redactar la Constitución estatal (entre las cinco primeras del país) y se apropió de la representación y el ejercicio de la política en una región que tuvo varias intentonas de disgregar el territorio.
El Congreso constituyente, acorde a las teorías de la división de poderes, el republicanismo y el constitucionalismo de entonces, configuró una gobernación -gobierno estatal- con un Ejecutivo dependiente de decisiones y proyecciones desde el Legislativo.
Nombraron en lo inmediato a un militar, jefe de las armas de la provincia-estado. Los emergentes funcionarios fueron nombrados por los diputados. Ocurrió lo mismo con el naciente Poder Judicial. Es importante situar en el proceso, no ocurrió una sustitución del intendente por un gobernador y de un juez por un tribunal, sino que hubo vericuetos políticos que no se reducen a nombrar todo federalismo como coartada pro hegemónica. No todo es federalismo.
Tras la renuncia del primer gobernador nombrado (Juan Peredo), “por motivos de salud”, fue escogido otro, quien no aceptó (José María Bracho) y en su lugar colocaron a un propietario de Aguascalientes (Pedro José López de Nava).
No vaya y los coloque de botepronto como prototipo de federalistas o antiiturbidistas, las biografías hechas por investigación indican que contienen vericuetos políticos. Lo hecho por estos actores primigenios de la clase política estatal estuvo acotado por otros actores colectivos (ejército de la República, Legislativos, Poder Ejecutivo de México, ayuntamientos desacatantes). Los gobernadores no eran en absoluto un hombre todopoder.
El 30 de junio, el licenciado José María García Rojas juró como gobernador del estado. Su nombramiento fue acatando los mandatos de la Constitución estatal (requisitos y formas), los decretos del 23 de marzo (convocatoria) y 1 de mayo (elección por el Legislativo). Obvio, hubo política, él era un prospecto entre otros políticos populares.
El acto solemne ocurrió en el salón del Poder Legislativo, integrado por el primer Congreso Constitucional (mayo 1825- diciembre 1826).
En la mesa donde hizo el juramento, además del Acta Constitutiva de 1824, la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y la Constitución del estado, estaba un crucifijo. El juramento era un acto eminentemente religioso
Cuatro de julio
La Parroquia de Nuestra Señora del Refugio en Rancho Grande es una, de cuatro destinadas a tal advocación mariana, en la Diócesis de Zacatecas. Esta semana celebraron las “fiestas patronales” del lugar: el Señor de las Maravillas (Julio 1) y, hoy, a la Virgen del Refugio (Julio 4).
El Señor de las Maravillas es de lo más antiguo, antiguo, en la próspera comunidad agrícola. Es un Cristo hecho con masa de caña, muy del período novohispano. La imagen y devoción a la Virgen procede del siglo 19, cuando los propietarios eran parte de los Gordoa (esta familia dio énfasis a tal culto en las capillas de sus diferentes propiedades; la difusión estuvo acompañada con el empuje franciscano y la construcción de la diócesis de Zacatecas).
Los últimos propietarios (Los García-Tello) mantuvieron la devoción (he allí la vinculación religiosa entre Rancho Grande y Tacoaleche).
En las celebraciones de Rancho Grande, parte de lo mestizo “original” está la Danza del Caballito. Esta es una mescolanza hecha en el período del nacionalismo (está inventado en el siglo 20: hay reunión del violento santo Santiago hasta los matlachines. La presencia del caballito les da rango de fieles que siguen la fe de Santiago, aunque pueden ser, y lo son, mestizajes indígenas procedentes del siglo 16.
En el programa organizan y financian familias (creo que ninguna es de ejidatarios, tengo tal impresión), y acompañan otros grupos de feligresía. Pero no hay cofradías, ni gremios; son propietarios y comerciantes agrícolas agrupados en familia.