Conectados y saturados: La sobreestimulación digital en adolescentes
(Segunda parte)
Como recordarás, en mi colaboración anterior abordé algunos de los efectos que produce en los jóvenes y adolescentes la sobreestimulación digital o tecnológica.
Además de los mencionados en la primera parte, algunas investigaciones desde diversos campos del conocimiento, principalmente de la psicología, sostienen que esta sobreestimulación podría derivar en:
Adicción a la tecnología y, consecuentemente, dependencia a ésta, lo cual dificulta la desconexión y genera afectación en otras áreas de la vida del adolescente o joven.
Problemas de memoria. En este caso, no se limita a los adolescentes y jóvenes. Cuántas veces las personas adultas nos hemos sorprendido porque hoy en día requerimos de la tecnología para recordar un número telefónico, un domicilio, las fechas de cumpleaños de nuestros seres queridos e incluso aniversarios. Y hasta nos hemos sorprendido quizá alguna vez confirmando en Google que escribimos correctamente alguna palabra o en la calculadora del celular, alguna operación matemática elemental.
Pues esto es debido a esa constante exposición a información digital que podría estar mermado nuestra capacidad de retener información a largo plazo.
Desvinculación familiar y social. El hecho de pasar demasiado tiempo en estos entornos virtuales disminuye la interacción con familiares y amigos. Todos sabemos que la adolescencia es una etapa en que la presencia y apoyo familiar son fundamentales para un sano desarrollo emocional, aunado a que es – o al menos debería ser- el primer lugar seguro de toda persona.
Estilo de vida sedentario. El tiempo excesivo frente a pantallas puede contribuir a la falta de actividad física, aumentando el riesgo de obesidad y otros problemas de salud. En este sentido, es importante mencionar que en 2022 la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) arrojó que el 17.2 por ciento de los adolescentes (12-19 años) tenían problemas de obesidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que en 2022 el 20 por ciento de los niños y adolescentes de entre 5 y 19 años tenían sobrepeso, incluyendo obesidad. Entre las posibles causas de esta problemática figuran: malos hábitos alimenticios, la falta de actividad física y factores socioeconómicos y ambientales.
Sabemos que la dinámica en la vida moderna tiene como uno de sus ejes el uso de la tecnología, por lo tanto es ineludible, así como nuestra permanencia en la web para realizar diversas actividades educativas, laborales y de entretenimiento. Ante ese panorama, ¿qué podemos hacer para evitar que los adolescentes y jóvenes padezcan los efectos negativos de esta sobreestimulación?
Para esto recurriré a una opinión calificada de un profesional de la psicología, quien además es zacatecano y cuenta con una maestría en Educación y Desarrollo Profesional Docente. Me refiero al maestro René Martínez Martínez, quien ha mostrado interés en este tema y a quien agradezco su colaboración.
El maestro Martínez, mediante una entrevista, refirió que la vida del ser humano siempre ha estado estimulada y quizás sobreestimulada. Hay una elección de los elementos que a cada individuo interesan, en el caso de los adolescentes, este interés se sitúa en la música, la moda, la autoimagen, la relación con los padres en menor medida y temas que busca en redes sociales.
Sostuvo que la estimulación a partir de su interacción en los medios digitales también tiene una parte positiva, ya que puede detonar en ellos la creatividad, la disciplina para realizar diversas actividades tales como investigar y encontrar respuestas a preguntas que les inquietan. Refirió que incluso algunos creadores de contenido recomiendan no permanecer tanto tiempo en la web.
Afirmó que sí hay un aporte importante de las tecnologías a los adolescentes y jóvenes, solo que se ha perdido la claridad acerca de para qué se creó Internet, ya que se trata de utilizarlo para generar soluciones. Agregó que esta dinámica de poder acceder a más información y tener mayor conocimiento, también puede provocar sobrepensamiento.
Por lo que sugirió considerar que la adolescencia es una fase del proceso llamado vida en el ser humano, que es fundamental mantener la calma y tener la compasión de asumir las posibles equivocaciones que se puedan presentar en este proceso.
Afirmó que es un hecho la utilidad del apoyo psicológico a través de la terapia y que, si ésta es posible, sugiere llevarla a cabo.
Concluyó su participación con la recomendación de propiciar la interacción en familia sin aparatos electrónicos, reducir el consumo de redes sociales y entrar más en contacto con otras personas y con el entorno.
Para finalizar, te invito a practicar la desconexión de vez en cuando, redescubramos que fuera de la red, está la vida.
Nos leemos pronto.