MÉXICO. En una inédita misa de la Cena del Señor, con un lleno total en la Catedral Metropolitana, este Jueves Santo, la Iglesia católica reconoció a buscadoras, migrantes y familiares de personas que se suicidaron.
El Arzobispo Carlos Aguiar Retes se convirtió en el primero en toda la historia contemporánea de México en reconocer que los 12 invitados son víctimas de dolor y sufrimiento que trasciende dimensiones, y lavó sus pies, incluidos los de una menor en búsqueda de su mamá, Reyna Karina San Román Aguilar.
Aguiar Retes reprodujo el mensaje detrás del lavatorio de pies para hacerles saber que los acompaña en su andar: la caridad, el precepto de servir, dijo.
«El lavatorio de pies es la caridad, el precepto de servir. Me alegra mucho que en esta ocasión me acompañen 12 personas que han sufrido. Cuatro mediante la migración, cuatro porque en familia han tenido que vivir el drama del suicidio de uno de ellos y otros cuatro que su característica es que buscan a sus seres queridos desaparecidos», señaló al inicio de la homilía.
Durante alrededor de dos horas, la eucaristía fue dedicada a ellos, pues, dijo Aguiar Retes, la Iglesia pretende dejarles ver que pese a la adversidad por la que han atravesado, Jesús camina a su lado.
«Para ayudarles a estos 12 hermanos a que descubran que Jesús camina con ellos a pesar de las adversidades que les ha tocado vivir», expresó.
La docena de personas formó parte de la caravana que acompañó al Arzobispo durante la caminata del «resguardo del Santísimo», al inicio y al final de la misa.
Una detrás del otra, las integrantes del colectivo Una Luz en el Camino, ingresaron al recinto católico cargando con las lonas donde plasmaron los rostros de sus desaparecidos.
Cuando el Arzobispo se inclinó ante las víctimas para lavar sus pies, las lágrimas rodaron por las mejillas de algunas –quienes firmes sostuvieron las pesquisas– mientras el lavatorio seguía su curso.
Brígida Ricardo fue una las que no contuvieron el llanto, pues busca a su hijo Geovanny Benítez, desaparecido en 2006 a los tres años. Ella también estuvo presente en los diálogos en la Secretaría de Gobernación la semana pasada.
Los migrantes en tránsito que acudieron fueron todos de nacionalidad venezolana: Mariano Cordero, Orlando Bolaños, Juan Sebastián y Estefanía Valentina.
Con esta misa se recuerda uno de los tres actos que, de acuerdo con la tradición católica, Jesús realizó en la Última Cena: tras lavar los pies de sus apóstoles para ilustrar a través de ese gesto que todos los fieles y seguidores están llamados a servir al prójimo.