La UAZ, precarización y compromiso social
La UAZ está en huelga, la razón es muy sencilla: no se puede dirigir desde una página de Facebook, porque ese tipo de comunicación tiene muchas limitantes.
En primer lugar, el desconocimiento real de la problemática que aqueja a la universidad. En una fotografía de Facebook no se puede apreciar los baños de los estudiantes en pésimas condiciones o los espacios de trabajo del personal académico sin iluminación o ventilación adecuada.
En una foto no se perciben las malas condiciones de los mobiliarios de los salones o las deficiencias de los laboratorios, para las fotos de redes sociales se cuidan las formas, pero es pasajero, hasta se renta mobiliario para llenar un espacio y que luzca, por única ocasión, como nunca jamás va a volver a lucir.
En segundo lugar, para la foto hay pose, no hay diálogo, hay simulación, no hay comunicación, todo es una imagen para el recuerdo. No se puede pretender que las cosas permanezcan como están en una imagen para redes sociales.
Así es como se conduce la universidad, a partir de simulación para una imagen, sin que exista concordancia con la realidad.
Se habla de gestión, pero no de resultados, se señalan aciertos que nunca quedan claros, se reconocen logros que se han obtenido con el esfuerzo individual del personal académico sin contar con un apoyo o respaldo institucional, se presumen logros que no son propios.
Mientras tanto, el personal académico de la UAZ se hunde en un proceso de precarización al que hemos sido llevados paulatinamente y ahora somos criticados por querer recuperar un poco del poder adquisitivo que se perdió, y todo por la falta de gestión de quienes han conducido, erráticamente, los destinos de la universidad.
Rectores que se han puesto de lado de los gobiernos estatal y federal y que se comprometieron a quitar prestaciones al personal académico, pero que han administrado sin orden y sin responsabilidad los recursos universitarios, que sin visión a corto, mediano y largo plazo, condenaron al sector académico a una pauperización mientras que los funcionarios viven en una vida de lujo y de confort que no corresponde a una universidad en crisis.
Tenemos docentes pobres con funcionarios ricos, en una universidad que atiende a alumnos de todos los niveles económicos y no bajo las mejores condiciones.
Hay que decirlo, hay limitaciones en nuestra universidad, hay salones con butacas en mal estado o con pintarrones que no se alcanzan a leer de manera adecuada, el Internet no funciona, el sistema de transporte no es el adecuado ni el suficiente para poder dar un buen servicio a la comunidad estudiantil, pero hemos tolerado esa falta de conducción porque el sentido de responsabilidad nos llama a ello.
Estamos en un punto en el que podemos decidir entre levantarnos y exigir lo que por derecho nos corresponde, o permitimos que quienes han saqueado a la universidad por más de dos décadas y que han privilegiado a amigos que sigan saqueándola hasta que no haya vuelta atrás.
Anteriores generaciones de universitarios lucharon por buenas condiciones laborales y las nuevas generaciones estamos perdiendo esas condiciones. ¿Qué estamos dispuestos a hacer para construir una mejor universidad para las futuras generaciones?
Ya otras generaciones de universitarios lucharon hombro con hombro con la sociedad zacatecana, enarbolando luchas con sentido social y humano, hoy es el momento de retomar ésas y otras luchas y el contacto con la sociedad zacatecana.