FRESNILLO. Cientos de habitantes de Rancho Grande llegaron este martes a su quinto día sin luz.
Algunos se mostraron desesperados ante el paso del tiempo sin una solución próxima, otros angustiados por el pausado avance del personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que aun no logra restablecer por completo el servicio, y muchos otros molestos por las afectaciones que ello ha desembocado.
Según relataron los pobladores, las fuertes ráfagas de viento que se registraron el viernes afectaron las líneas eléctricas de la comunidad, en particular en aquellas zonas donde la modernización de la infraestructura no llegó y perdura las líneas antiguas.
“Los cables deben haberse desconectado por los vientos. Esto ha pasado antes, pero nunca habíamos estado tanto tiempo sin servicio”, expuso Jesús Murillo, uno de los afectados.
UN PROBLEMA EXTENSO
El hombre explicó que las viviendas y comercios afectados están distribuidos por toda la comunidad, lo cual hace que atender cada caso particular sea complicado para los trabajadores de la CFE.
“El problema es la lejanía entre cada uno de los domicilios afectados. Ello dificulta las reparaciones e incrementa la frustración entre los habitantes.
“Hasta este lunes todavía había casas sin luz. No creo que hayan terminado [los trabajadores de la CFE] porque son muchas viviendas afectadas. Están atendiendo caso por caso, pero no se dan abasto,” afirmó Murillo.
Incluso, destacó, los residentes de la localidad hablan a la paraestatal para reportar su caso, pero muchas de las veces ni siquiera acuden.
“Hay muchas casas que reportaron la falla al 071, pero no reciben respuesta. Por ejemplo, en la casa de mi hermano hubo problemas, pero preferimos contratar un electricista para arreglarlo antes que esperar la ayuda.
“Sin embargo, no todos tienen esa posibilidad, y la mayoría sigue esperando a la CFE,” detalló Murillo.
DESESPERANTE SITUACIÓN
Jesús Murillo expuso que el prolongado apagón generó múltiples problemas en la comunidad, desde la pérdida de alimentos e incluso medicamento almacenado en refrigeradores, hasta la preocupación de personas por la imposibilidad de hacer uso de equipos electrónicos, como concentradores de oxígeno, en beneficio de la salud.
“Son muchos días sin luz. Las medicinas que necesitan refrigeración también se han echado a perder. En las tiendas locales, los productos perecederos seguramente también están afectados,” precisó.
Mientras ello sucede, continuó, la comunidad está en la incertidumbre, a la espera de una solución definitiva a este problema que ha afectado la vida cotidiana.
“Los habitantes de Rancho Grande pedimos a la CFE que acelere los trabajos de reparación para restablecer el suministro de energía lo antes posible. La falta de electricidad representa pérdidas económicas y riesgos para las personas enfermas que necesitan refrigerar medicinas”, concluyó Jesús Murillo.