Bruno Aloi realizó labores de tienta en la afamada ganadería tlaxcalteca de Rancho Seco, casa de la divisa en caña y rojo, propiedad de su abuelo, Sergio Hernández González.
Ésta significó una gran ocasión, llena de amigos y familia, para que el novillero mexicano más importante del momento tuviera la oportunidad de mostrar sus avances.
A la par, fue una oportunidad para que los asistentes disfrutaran de pasajes plenos de arte, oficio, cadencia y buen gusto.
LAS ACTUACIONES
Para esta tienta, don Sergio seleccionó cinco vacas: la primera para el periodista y aficionado práctico, Juan Antonio Hernández, quien abrió la actividad con una actuación sólida y elegante, probando una erala de alta nota que dio oportunidad para que, también, su hijo, Juan Antonio, se diera gusto iniciando con gran sabor la jornada torera campirana.
Posteriormente, tocó turno a Bruno, quien se dio gusto toreando tres becerras de gran comportamiento, destacando la primera por su clase al embestir y con la que evidenció su buen sitio.
La precisión en la colocación y la extraordinaria intuición del joven comprobaron que es una firme promesa y mostraron una gran estructura en sus trasteos que, además, apunta el toreo artístico y que posee un sello distintivo.
Esta jornada tuvo un matiz familiar importante, pues en las últimas tres vacas el rejoneador Fauro Aloi, hermano de Bruno, subió al caballo para tentar desde arriba, así como sus otros hermanos: Giovanni y Ana María, quienes también se animaron a darse las llamadas tres.
Como fin en las labores, en la última becerra tocó turno a Mónica Hernández Weber, madre de Bruno, quien se recreó toreando con quietud y un temple personal para ser fuertemente ovacionada por un público numeroso.
CONVIVENCIA
Grandes personalidades se dieron cita, destacando los ganaderos Mariano González, Carlos y Manolo García Méndez; Juan Carlos González; los rejoneadores Enrique Fraga y Giovanni Aloi, así como los matadores Mario del Olmo y Manuel Perera, el empresario José Luis Alatorre y los miembros de la peña Por Amor al Arte.
Tras la extraordinaria tienta, Sergio y su esposa Vicky ofrecieron una comida junto a la plaza campera y convivieron con los invitados, disfrutando del bello atardecer en el campo bravo tlaxcalteca.