Joselito Adame e Isaac Fonseca salieron a hombros en el festejo celebrado en la Monumental de Morelia, Michoacán, tras no dejarse nada en el tintero y lograr el corte de dos y tres orejas, respectivamente. Además, se hicieron acreedores a los trofeos a la mejor faena y al máximo triunfador.
En tanto, Juan Ortega bordó el toreo a pesar de enfrentar el lote menos propicio para el lucimiento. Incluso, siempre estuvo entregado, con clase y temple, pero falló con los aceros.
El rejoneador Javier Funtanet dio una aclamada vuelta al ruedo luego de que, tras un efectivo rejonazo final, el puntillero levantó dos veces al astado.
Se lidió un encierro integrado por ejemplares de Monte Caldera para rejones y seis de Peñalba para los de a pie. Animales que cumplieron en presencia y resultaron manejables. Destacó el séptimo, que recibió palmas en el arrastre.
LA APERTURA
Ante tres cuartos de entrada, entre gran ambiente, esta corrida con fines benéficos inició cuando el matador Guillermo Capetillo y la empresaria Tomasina Esformes entregaron regalos y donativos en especie a los pequeños de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC).
Enseguida, abrió el festejo el joven rejoneador Javier Funtanet, quien hizo vibrar a los aficionados desde que colocó el primer rejón al astado de Monte Caldera, así como por la ejecución de las suertes y la colocación de banderillas largas y cortas.
Asimismo, por los pasajes en los que llevó al toro prácticamente cosido a milímetros del estribo; esto, en pasajes en los que debió poner altas cotas de alegría, pues el ejemplar tuvo poca transmisión.
Luego de ejecutar un efectivo rejonazo final, el puntillero levantó dos veces al animal. A pesar de ello recibió petición de oreja que no fue concedida por el juez de plaza; a cambio, dio vuelta al ruedo.
DOS VALIOSAS OREJAS
Joselito Adame tuvo con su primero un inicio a tambor batiente, con dos largas cambiadas, de rodillas, una serie de chicuelinas y un quite por chicuelinas antiguas.
Con la muleta debió dosificar las tandas al dar distancia y tiempo al toro que no terminó por entregarse. Luego de dos viajes con la espada y un par de descabellos, recibió palmas, y después de un aviso.
Su faena importante llegó con el otro, en el que invitó a banderillear a los hombres de plata de su cuadrilla, Héctor García y Fernando García, para dar un espectáculo de calidad.
Con la muleta, el de Aguascalientes dio una lidia con base en su experiencia y madurez. Con paciencia fue ligando los pases por ambos lados hasta que conjuntó una faena con mérito y gran calidad que remató de estocada entera, por lo que se concedieron dos valiosas orejas.
PALMAS PARA ORTEGA
El segundo espada fue el español Juan Ortega, y aunque con el primero de su lote, que fue precioso de tipo, no tuvo tela de donde cortar, no tiró por la calle de en medio, sino que se empeñó en hacerle faena.
Y a pesar de que el burel salía suelto, el sevillano acortó distancias, le tapó la cara con la muleta y lo encauzó con temple para lograr soberbios muletazos.
Concluyó de pinchazo y descabello, por lo que perdió la oreja. También los fallos con los aceros le privaron del triunfo ante el otro animal al que recibió con lentas y dibujadas verónicas.
Con la muleta dejó ver la gran dimensión del toreo que realiza y cautiva a las multitudes. Alcanzó su mejor nivel al lidiar por lentos y profundos naturales.
Terminó con un pasaje de muletazos con una rodilla flexionada. Un pinchazo arriba, previo a una estocada, le hizo perder un apéndice, pero recibió cariñosas palmas del público.
FONSECA, ACLAMADO
Isaac Fonseca se justificó a lo largo de toda la corrida con la afición de su tierra. En consecuencia, apoyado en la entrega, hizo valer la localía para concretar un éxito de tres orejas, a razón de una de su primero y el resto en el último del encierro.
El cuarto ejemplar contó con movilidad, y el moreliano la aprovechó para realizar una labor variada que fue del gusto de la gente.
Remató al primer viaje con la toledana y cortó una oreja. El séptimo astado fue el que dio mejor juego y contó con gran transmisión. Isaac lo brindó a la empresaria Tomasina.
Con creces aprovechó las cualidades del astado para ligar muletazos largos y con sentimiento, por lo que la banda le tocó el tema “Caminos de Michoacán” y la gente la cantó para acompañar la faena de su paisano.
Fonseca se dejó querer y correspondió con otras tandas de calidad. Media estocada muy efectiva puso en sus manos otros dos apéndices para salir del ruedo entre la aclamación popular.