CIUDAD DE MÉXICO. En la primera página de la novela «Strangers», de Taichi Yamada, nuestro protagonista expresa: «Ya que me ganaba la vida escribiendo guiones para dramas televisivos, pasaba la mayor parte de mis horas despierto en confinamiento solitario en mi apartamento».
Así se le va la vida a Adam (Andrew Scott) en Todos Somos Extraños, escribiendo, viendo televisión, comiendo sobras que se encuentra en el refrigerador, y observando atardeceres que delinean los edificios londinenses a lo lejos. Una noche, alguien llama a su puerta. Es Harry (Paul Mescal), uno de sus pocos vecinos. Harry ha estado bebiendo y quiere pasar el rato con Adam.
La solitaria existencia de Adam pronto se ve interrumpida por una visita que les hace a sus padres (Jamie Bell y Claire Foy). Actualmente escribe sobre ellos, y las memorias están regresando. Ellos, sin embargo, murieron hace 30 años.
El vacío que dejaron de repente regresa como una avalancha de emociones, trayendo consigo una nostalgia abrumadora mientras vuelven a conectar con un hijo que, a pesar de estar en sus cuarentas, se convierte en un niño necesitado de amor en su presencia.
Lo que el director y guionista Andrew Haigh logra con este melancólico filme es capturar con gran delicadeza la especificidad de la experiencia homosexual adulta, tanto en relación con la familia, como con uno mismo. Al retratar así a los fantasmas del pasado y del presente, y cómo estos se informan mutuamente (literal y figurativamente), Haigh expone tanto el terrorífico miedo a la soledad como el temor a la conexión.
Todo esto a través de un guion espléndido y una cámara que logra captar cada inflexión de los rostros de su elenco, a veces más poderosas que las palabras mismas.
Sobre esa línea, Andrew Scott brinda una actuación extraordinaria cargada de una intensidad sumamente visceral, y los actores que lo acompañan no se quedan atrás.
En particular, las elecciones que hace Claire Foy son continuamente intrigantes e impredecibles. «Dicen que es una vida muy sola», le dice madre a hijo. Y la inevitabilidad de lo que tiene que pasar cada vez pesa más en los corazones de los personajes y del espectador. El poder del amor, sí.
TODOS SOMOS EXTRAÑOS
Cuatro estrellas
Dirige: Andrew Haigh
Actúan: Andrew Scott, Paul Mescal y Claire Foy
Duración: 105 min.
Rodolfo G. Zubieta
Agencia Reforma