ALICANTE. El Fandi no se dejó nada en el tintero. Pletórico en los tres tercios, hizo las delicias de un público alicantino.
A su primero lo recibió con varias largas de rodillas, le endilgó un estupendo quite por chicuelinas y con las banderillas cuajó un tercio perfecto.
Con el cuarto, toreó de hinojos rematadamente bien a un ejemplar animal excelente con el que también lo había dado todo con el capote y los palos.
Con la espada, un cañón en sus dos turnos. El palco le negó el segundo trofeo tras la muerte del cuarto de manera incomprensible.
Completaba la terna Sebastián Castella. El francés dejó dos faenas muy largas, quizá demasiado, sonando el aviso antes de entrar a matar en ambas. Le cortó la oreja al quinto encastado, con el que tragó mucho en faena, más de aficionados que de público.
Daniel Luque hizo gala del gran momento que atraviesa con sus dos toros. Pulso y seda con el segundo de la función, un ejemplar noble pero al que faltó chispa.
Con la mano izquierda hubo fases de toreo extraordinarias, no faltaron las luquecinas para coronar su labor y lo mató de una gran estocada.
Con el sexto, más aplomado y con sus teclas, el de Gerena anduvo sobrado, subiéndose literalmente encima del juampedro para amarrar la oreja y la puerta grande.