Zacatecas.- Con 23 años y un interés infinito por cuidar el medio ambiente, Abigail Ambriz Luna, ingeniera Ambiental, realizó un estudio enfocado en contrarrestar la contaminación generada por los envases de plástico, con el cual logró aislar una bacteria capaz de degradar los diferentes tipos de plástico, entre ellos el PET.
Abigail explicó que su trabajo consistió en aislar un tipo de bacteria llamada Dietzia, que se produce en el estiércol de animales como burros, caballos y borregos.
Su hipótesis –agregó– se fundamentó en abordar primero el ácido tereftálico, utilizado en la fabricación de envases de PET, uno de los compuestos que dificultan la degradación del plástico utilizado en recipientes de bebidas y textiles.
“El ácido tereftálico es el compuesto mayoritario y causante de más problemas en los recipientes de PET, es por eso que si tiras una botella de PET al suelo tarda más de mil años en degradarse”, enfatizó.
Ambriz Luna desarrolló esta investigación como proyecto de tesis para titularse en Ingeniería Ambiental por la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería de Zacatecas (UPIIZ) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Su trabajo duró del 9 de junio de 2013 al 4 de diciembre de 2015, con la asesoría de la maestra Verónica Segovia Tagle, la doctora Karol Karla García Aguirre, el maestro Sergio Zavala Castillo, el maestro Alejandro Paredes Sánchez y la maestra Vianey Hernández Ramírez, todos docentes de la UPIIZ.
La investigación se llevó a cabo en tres fases: el aislamiento de la bacteria para identificar sus características; la modificación molecular y conocer el ADN de la Dietzia –que consume más rápidamente el ácido tereftálico, por eso se acelera la degradación del plástico–, y la exploración de la degradación.
“Con la investigación se busca reducir el tiempo de degradación de estos materiales porque hay plástico, como el PET, que tarda más de mil años en degradarse, ya que tiene unos anillos aromáticos que son difíciles de romper y de consumir por los microorganismos”, especificó.
“En un lapso de seis días y 20 horas obtuvimos un crecimiento de 80 por ciento y una capacidad de degradación de 43.5 por ciento en un experimento, y 42.5 por ciento en otro, lo que nos indicó que la Dietzia sí consumía el ácido tereftálico, es decir, que con esto se reducirá el tiempo de degradación de estos materiales”, comentó la ingeniera Ambiental.
“Algo que complicó el proceso fue que en las instituciones no se cuenta con el equipamientos necesario para realizar estos estudios. Se tuvo que solicitar a la Universidad (Autónoma) de Durango que nos permitiera utilizar los laboratorios”, refirió respecto a los problemas que tuvo durante su trabajo.
Añadió que aún quedaron abiertas varias líneas de investigación, y la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se ha visto interesada en seguir desarrollando el trabajo.