Pensar en el 2027 es querer correr antes de gatear
Varios y variados comentarios recibí por las distintas colaboraciones que publiqué en estas páginas de El Diario NTR, en las que traté de compartir una serie de apreciaciones de la vida pública de Zacatecas como resultado de la contienda electoral. A raíz de ello, fui tomando nota de algunas expresiones de lectores, que son la base de este texto.
Lo primero que quiero destacar es que es muy sorprendente la disputa política que se dio en esta elección. En el plano federal, el oficialismo y aliados se llevaron “carro completo” (presidencia, senadurías y diputaciones federales).
A pesar de ciertas divisiones o diferendos locales, el conjunto de la coalición partidista de la expresión política gobernante en el estado y en la federación logró un número interesante de legisladores locales, con lo que se antoja posible un transitar no tan complejo de cara a la segunda parte del periodo gubernamental actual; y en tercer lugar, se vivió un voto diferenciado que impulsó la alternancia electoral en varios municipios de determinada dimensión económica, política y demográfica en el estado, que dan pie a diferentes explicaciones e interpretaciones respecto del funcionamiento de los gobiernos y sus personajes.
En ese contexto, ahora vemos a determinadas figuras que, al amparo de su triunfo electoral, levantaron miras y sienten que tienen la condición para comenzar una ruta hacia una alternativa de representación popular diferente a la que ganaron, pero que no han asumido. Caray. Cositos. Aún no se han asumido los cargos y se está pensando en el siguiente brinco. Por supuesto, eso es muy válido.
Los intereses políticos y el modo de vida que hay alrededor de la vida pública les ha dado a muchos una circunstancia óptima, y en ese tenor es entendible la necesidad de seguir en el espectro público; sin embargo, lo que pareciera cuestionable es que no se anteponga el plan a la persona, porque ya hemos visto que hay cada persona en una responsabilidad pública, que ¡dios guarde la hora!
Ya vimos que nuestra democracia es tan generosa que cualquiera puede llegar a ocupar un cargo de elección popular. Cualquiera es cualquiera. Usted lo sabe mejor que yo. Por eso, quisiera poner a su consideración una serie de puntos o temas que dejar para la discusión pública a partir de los próximos meses, para que aquellos que van a llegar gracias a la generosidad de nuestro sistema democrático, tengan temáticas de referencia. En lugar del siguiente puesto, mejor pensemos otras cosas.
Mejor pensemos en el número de efectivos de las distintas corporaciones policiacas que se han tenido en los últimos años y piensen en trabajar cosas para proyectar con seriedad y responsabilidad la ruta a seguir con pasos precisos, concretos y positivos, para engrosar las filas de los entes de seguridad con calidad, compromiso y preparación. Dejen el terreno preparado para lo que viene.
Mejor pensemos en cómo articular y ordenar a las burocracias, para que renueven un compromiso ético y moral con la sociedad zacatecana por medio de su desempeño, de su capacitación y de su ordenamiento laboral con condiciones generales de trabajo justas, equilibradas y de beneficio social, para que en el futuro ser parte de la burocracia sea un deber irrestricto y un compromiso permanente, y no un privilegio que demerita. Dejen el terreno preparado para lo que viene.
Mejor pensemos en cómo renovar los bienes muebles e inmuebles de los entes gubernamentales, porque es hasta riesgoso e inoperante continuar con inventarios de muebles en desuso, inservibles o hasta anacrónicos para la realidad del servicio público en la actualidad; o bien, considerar los espacios más adecuados para los trabajos de las distintas burocracias con la perspectiva de inclusión e integración, y que una renta no salga más cara que una compra. Dejen el terreno preparado para lo que viene.
Mejor pensemos en una colaboración institucional irrestricta, responsable y sin mezquindades una vez que se asuman cargos, para que tengamos diagnósticos reales e integrales de la realidad financiera, laboral y jurídica de los entes públicos, todos, que incluya estado, municipios, organismos autónomos, entidades educativas y demás, para que exista certeza absoluta de la carrera que se tiene que correr para proyectar la obtención de recursos suficientes que hagan frente a los compromisos irrestrictos como las prestaciones laborales, la seguridad social, el pago de impuestos y la ampliación de la atención de esos entes. Dejen el terreno preparado para lo que viene.
Mejor pensemos en las condiciones que se tienen que crear para que, en el marco de la fórmula que genera la proyección económica de la zona centro del país, la interacción de México con el exterior, los sectores económicos específicos, y las carencias de la entidad zacatecana que minan su competitividad, haya claridad sobre lo que se tiene que hacer hoy para que en dos o tres años se cosechen determinadas oportunidades de inversión extranjera directa acorde a nuestra condición geográfica y demográfica. Dejen el terreno preparado para lo que viene.
Mejor pensemos en la viabilidad de determinados organismos públicos y sus tareas administrativo-gubernamentales en relación con pensiones, administración de recurso hídrico o impartición de educación (particularmente la media superior), pues esa viabilidad parte de una determinación serie de su situación financiera versus su función pública; el punto de referencia obligatorio es asumir costos políticos de decisiones fuertes, que necesariamente conllevan “dejar de patear el bote” irresponsablemente, dejando para después lo que necesariamente se tiene que resolver hoy. Dejen el terreno preparado para lo que viene.
Insisto, mejor pensemos en los temas que en los puestos. Dejemos el terreno preparado para lo que viene.
*Doctor en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Administración Pública, UNAM.
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